No se puede

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Ayer entró a la tienda en la que trabajo un chico alemán con su novia colombiana (yo española y mi jefa argentina, parecíamos un chiste). Nos pusimos a conversar sobre por qué me encontraba en este país y cómo había ido a parar al lugar en el que vivo en concreto (¿¿qué haces en un lugar como éste?? es una de las preguntas que más he escuchado en los últimos meses). En un momento me pregunta, en un español perfecto: ¡¿Y cómo haces para vivir sin jamón?!

No se puede, le contesté yo.

 

Son las doce de la mañana y apenas entra luz por la ventana de mi pequeño apartamento. Podría encender la lámpara que hay sobre la mesa, pero escribo en semi penumbra, tomando mi café con leche. Me he levantado gris, como el día.
Cómo hago para vivir sin jamón. No se puede. Así de simple. Aquí hay jamón, pero no tiene nada que ver con el de España. No hay fuet, no hay sobrasada, no hay mortadela de olivas. No hay chorizo asturiano para cuando hago habichuelas. No se puede.

 

 

No hay Mar Mediterráneo. No hay olor a sal.
Mientras aquí estamos (lentamente, porque se resiste) entrando en un invierno bajo cero, la gente del norte sube a las redes sociales fotos en la playa. Fotos del mar brillante y liso como un espejo.
Ojos que no ven, corazón que no siente. Y a la inversa. (¿Hay alguna manera de configurar el Facebook para que no te muestre las fotos de la gente junto al Mediterráneo? ¿No? Debería.)
¡¿Cómo haces para vivir sin Mar Mediterráneo?!, podría haberme preguntado el chico alemán de acento español perfecto. Mi respuesta habría sido exactamente la misma.

 

Sabía que ésas dos serían las primeras cosas que echaría de menos (cosas, no personas. Otro día hablaré de las personas. Quizá). Pero no pensaba que fuera a ser tan pronto.

Justo ahora empieza a llover. Menos mal.

 

visto en facebook, creo que es málaga

 

Los que tengáis la posibilidad, ¿me haríais un favor? Enterrad los pies en la arena por mí.

Acerca de pecosa

En mi familia tengo fama de borde. No te jode, como si fuera la única. Torpe, surrealista, despistada, cabezona. Eso no lo dicen ellos, lo digo yo. Tengo pecas aunque en la foto de perfil no se aprecien, pero es que la foto me quedó guapa de cojones, así que a la mierda si las pecas no se ven. Me pasé de Blogger a Wordpress en busca de emociones fuertes (me encanta vivir al límite). Me encontré con un escritorio que no entendía y que estaba mitad en inglés, mitad en español. Puse la primera plantilla que me pareció sencilla, manejable y maja y me monté una cabecera con el GIMP. El resultado es el que ves. No me pidas más.

Un comentario »

  1. desgraciadamente el jamón, el fuet, la sobrasada, la mortadela de olivas y el chorizo asturiano tampoco se pueden sin trabajar. ni el pan.

    el mediterráneo es gratis, todavía. meteré los pies bajo la arena, junto al agua para descasarlos. respira una larga bocanada de aire helado por mí, de acuerdo?

    pd. se puede vivir sin un montón de cosas y de personas, pecas, pero para ello hacen falta otras cosas y otras personas.

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    • muchas gracias, vittt 🙂
      soy una nostálgica, y a veces se me va la cabeza pensando en aquellas cosas que me faltan. pero es cierto, hay algo que aquí tengo y allí no tenía, un trabajo. y eso es fundamental. te parecerá mentira, pero a veces aún necesito que me lo recuerden, porque la distancia deforma algunas cosas.

      prometido. bocanada profunda de aire helado la próxima vez que nieve. va por usté.

      pd: sí, supongo que se puede. será cuestión de tiempo.

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  2. No sé si darte palmaditas en la espalda o coscorrones en la cabeza: estoy de acuerdo con Vitt en lo de que se puede y cómo se consigue. Para empezar, tienes a tu chico al lado, suficiente para disfrutar de la vida donde sea. O no? Tienes lo que otros no, la posibilidad de vivir dos veces. Una al lado del Mediterráneo y otra en un sitio super especial y curioso, exótico y distinto. Estás viviendo una aventura guay, no te quejes. O debería decir, no te permitas quejarte, que mientras te quejas te olvidas de disfrutar. Aparte de que tú misma eres Mediterráneo y fuet y jamón y sobrasada y España entera… lo llevas puesto, lo llevas dentro (tus nuevos vecinos lo pueden disfrutar de rebote sólo por cambiar contigo tres palabras). Cuando eches de menos la tierra (el mar) piensa que seguirá aquí para cuando vengas, de visita, de veraneo, cuando ya tengas tanta pasta como los antiguos indianos, y te recibirá haciendo la ola (las olas).
    Así que, en resumen, ¡a por ellos que son pocos y cobardes! ¡caña al mono que es de goma! ¡a disfrutar y a vivir que son dos días, q tú puedes!
    Un beso muy gordo desde el Atlántico
    p.d. – y cuando la gente vaya arrastrándose como cucarachas aquí con 40 grados a la sombra, quéjate del fresquito si hay ovarios!

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    • «Tienes lo que otros no, la posibilidad de vivir dos veces». Me lo dices por experiencia, no? Sí, la tengo. Y es genial, lo sé.

      Como decía antes, soy una nostálgica de narices. Ayer mismo, por ejemplo, veía fotos del gimnasio donde iba a hacer pilates y me daba una pena (jajajaj, sé que suena cómico y ridículo, ¡pero es cierto!).

      Llevo España entera (lo bueno y lo malo) en mí, es cierto. Si hay una cosa que no quiero perder es el acento y las expresiones nuestras, nuestras comidas (dentro de las posibilidades que tengo, ¡ayer cené tortilla de patatas!); aunque algo del lugar donde uno vive siempre se pega.

      Gracias, Rafa, sé que me quejo de vicio, porque aquí pesan más las cosas buenas que las malas, al menos de momento.

      Beso gordo desde la Cordillera.

      PD: Ah, sí! Ésa es una de las cosas que no extraño para nada!!

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  3. Siempre echarás de menos algunas cosas, lo importante es que el balance sea positivo. Y conforme pasa el tiempo, descubrirás que una parte de ti está en la patagonia, y, en caso de volver, echarás de menos algo de allí. A mi me pasa eso, y ni siquiera he salido de España, pero cada vez que vuelvo a mi ciudad natal e incluso me planteo volver a vivir allí, descubro que un trozo de mí se quedaría en mi ciudad actual (y viceversa). Llega un momento en que, vayas a donde vayas, siempre habrá algo que eches de menos. Así que,hay que aprender a acostumbrarse a esos días grises en los que entra la morriña y hay aceptarla como un «pero» dentro de un balance total que siempre será positivo.

    Un abrazo

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    • Cierto, Sand. Aunque llevo poco tiempo viviendo aquí, no me cabe duda de que si algún día me fuera lo echaría de menos. Es lo que tú dices, al final siempre hay algo que uno echa de menos.

      No me importa tener estos días de morriña porque no me suponen una depresión enorme, simplemente son consecuencia de los recuerdos, y señal de que se tienen recuerdos bonitos. Es como echar de menos a la gente, uno echa de menos a quien quiere, porque quiere y le quieren. Como casi todo en esta vida, las cosas tienen su lado positivo y negativo.
      Y el balance total es positivo, Sand. Ni lo dudes.

      Un abrazo, gracias por tus palabras.

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  4. «Los que tengáis la posibilidad, ¿me haríais un favor? Enterrad los pies en la arena por mí.»

    Eso está hecho, Pecas.

    Y no te nos vengas abajo por el jamón, mujer. Piensa que, cuando vengas de visita, tendrás tanto como puedas comer. Reserva tu estómago para ese día ^^

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    • No me vengo abajo, es que a veces a uno le tira lo de su tierra. Pero seguimos a delante, eh? Con un par!

      Si no habré pensado veces en lo que voy a comer cuando vaya a España… Una tabla de embutidos, alioli con pan, paella de marisco, habichuelas con chorizo asturiano, libritos de lomo, plátano de canarias… sigo? ¡¡Que me preparen las sales de frutas!!

      PD: entiérralos bien enterraditos, Nala.

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  5. ains hermosa, no se puede y no se puede.

    En Madrid me preguntan lo mismo ¿qué haces aquí en vez de en Mallorca con lo bien que se vive?, pero al seguir en España supongo que no lo hecho tanto de menos y porque me gusta moverme.

    De todas formas allí tienes lo que aquí te faltaba: trabajo y estabilidad. Vamos, que es normal echarlo de menos, aquí se vive muy bien, pero allí te trata bien la vida también. O eso parece 🙂

    Ánimo y besotes.

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    • En mi caso, Misa, no vivía bien. E iba camino de vivir peor, porque el paro no es eterno.
      No, definitivamente no vivía bien, y eso es lo que no tengo que olvidar. En España se vive bien si la gente tiene trabajo, puede pagarse su casa sin que de ello dependa su vida, puede acceder a la educación y a la sanidad. Ahí empezamos a decir que está bien el tema. Pero no es así. Y mientras el tema siga así, poco me van a ver por mi tierra, mal que me pese.

      Aquí no me trata mal el inicio de la nueva etapa, aunque siempre es duro empezar de cero, y las cosas cuesta conseguirlas. Pero en eso estamos 🙂

      Besos, reina.

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  6. ¿¿Y a qué esperamos para exportar lo que debería ser «Patrimonio Gastronómico de la Humanidad» hasta la mismísima Patagonia??

    Tengo mala memoria pero estoy seguro de que la próxima vez que vaya a la playa y meta los pies en la arena me acordaré y pensaré «Va por ti, Pecosa».
    Es más, lanzaré el pensamiento hacia el mar, que en las superficies líquidas seguro que corre mejor, para que pase por el estrecho y cruce el Atlántico echando leches, tropiece en algún lugar de la costa argentina (ché!) y caiga en la Patagonia, mismamente.

    A lo mejor si te pilla alema-colombi-argenti-españoleando, no te percatas. Pero creo que si te pillo en «momento mirada ventana paisaje invernal»… te va a llegar.

    Abrazo fuerrrte!

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    • ¡¡Exporten por dióóó!!
      Te puedo asegurar que la próxima vez que pise España me pienso traer más de un paquete de embutido envasado al vacío.

      Que me llegue también ese pensamiento tuyo a través del agua, che. Aquí estaré esperando el olor a sal.

      Abrazo y beso, JuanRa!

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  7. Ah! que te entra ya toda la morriña. Ayer me bañe en Donosti y aunque bien, no es el Mediterraneo. Pero esas fotos nevadas también quedan en la memoria. Tienes suerte de estar allí.

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    • Sí, Ulises, ya me entra. Y no llevo nada aquí, pero al final es verdad lo que dicen: la tierra tira.
      Debe estar de un fresquito el Cantábrico… se te debió activar la circulación que da gusto, jajaja Aunque el Mediterráneo a inicios del verano también está fresco, eh?

      Ayer lo hablaba con Ratman. Sí, tengo suerte. Es genial tener la oportunidad de vivir en dos países tan lejanos, y en dos lugares tan distintos (de la ciudad a la montaña, además). Así que pienso disfrutarlo.

      Besos, chiquillo.

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  8. Pecosa he mojado este verano los pies por ti, no te preocupes (he viajado a diferentes puntos bañados por el Mediterráneo). En Madrid aún hace calor aunque ya vamos a empezar a ponernos chaquetilla. Es lo que tiene la llegada del otoño. Siempre he dicho que soy más de invierno, pero me da a mi que estoy cambiando …
    En cuanto al jamón, creo que tampoco podría vivir sin él.

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